Saturday, October 17, 2015

Críticas no frenan a Maricruz y va por otro proyecto social

Evitó ingresar al debate político porque no es a lo que se dedica en La Paz. Su fuerte es el trabajo social y se enfoca en lucha contra la violencia a la mujer. Maricruz Ribera, esposa del alcalde de La Paz, Luis Revilla, dejó claro que no cobra salario de la Alcaldía paceña y que su trabajo de servicio social lo realiza casi todo el día. Lo hace por el cariño que adquirió por La Paz y por el amor a su esposo. Trabaja en cinco proyectos, uno con aportes privados y cuatro gestionados con el municipio. Ahora diseña un sexto proyecto que trata de pintar las casas paceñas que están construidas con ladrillos.
No le incomodan los entredichos políticos y está comprometida con lo que hace. Ella tiene una posición clara: Se niega a ser la esposa del alcalde que solo asiste a actos protocolares. “Mi esposo vuelve a la Alcaldía y junto a la Dirección de Género elaboramos proyectos de prevención a la violencia”, explicó en entrevista con EL DEBER en un céntrico café de La Paz.

A fines de 2014, Ribera, de profesión arquitecta y que fue modelo y presentadora de televisión, dejó la red ATB para dedicar su tiempo a enseñar a las niñas de 11 a 14 años de edad a prevenir la violencia, a través de su proyecto Yo soy mi primer amor. Esta iniciativa tiene aportes privados y es coordinada con una ONG. Ahora trabaja con 200 voluntarios y el plan se extendió a Oruro y Tarija, y en enero de 2016 llegará a Santa Cruz.

No es la primera dama
Para Maricruz no existe el cargo de primera dama. Aprendió mucho con su primer proyecto, que educa a las niñas para que eviten ser víctimas de la violencia de género o sostener noviazgos violentos.
Ya con Revilla reelecto, Maricruz empezó con otros proyectos. Emprendió su segunda iniciativa que se llama Casa de las mujeres. Este plan consiste en enseñar a 300 mujeres mayores a ser microempresarias. “Todo lo hago por el amor a mi esposo y al compromiso por La Paz”, reiteró.

Los otros proyectos son Inteligencia Emocional 50/50, que consiste en enseñar a niños y niñas desde los cinco años a manejar sus frustraciones; Segunda oportunidad, que intenta ayudar a adolescentes que vivieron un embarazo temprano y Navidad maravillosa, que trata de una exposición de una caravana de carros alegóricos en el centro paceño.

Ribera se siente feliz en La Paz y por eso piensa en un sexto proyecto: “La Paz te quiero de colores”, que trata de pintar las casas de las laderas paceñas

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