La movilización con miras al referéndum del 21 de febrero está ingresando a su recta final. Félix Patzi Paco, gobernador de La Paz, exmilitante del MAS (Movimiento Al Socialismo), es el único de los políticos que de manera frontal viene desarrollando una campaña por el No a la reelección del binomio Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera. La citada autoridad paceña en contacto con El Día explica los motivos, los alcances y postulados para oponerse al prorroguismo.
P. ¿Por qué usted hace campaña por el NO?
F.P.: Por un principio básico que tiene que ver con una constatación empírica: el que se queda mayor tiempo en el poder siempre degenera en tiranía.
Entonces, con el reférendum de ganar el Sí, prácticamente estaríamos autorizando a una persona, cualquiera que sea, mujer o hombre, para que se mantenga en el poder durante 15 años o para que se repostule durante tres veces. En ese lapso, sociológicamente, se genera una élite privilegiada, pero en torno a una familia, un grupo y amigos.
P. ¿Cuáles son las consecuencias de todo ello?
F.P.: Por un lado en esos 15 años estamos matando a tres generación de 30 a 50 años para que puedan surgir nuevos líderes. Además, esa élite se hace perversa, dado que se emancipa la ambición personal. En función de eso la alternancia queda anulada; además cualquier política pública se desarrolla en función al interés de una persona y no así en favor del bien común. Todo ello se convierte en algo irracional en el manejo del poder.
P. ¿La alternativa en esta coyuntura es votar por el No?
F.P.: Es la única alternativa. Es que la circulación del poder primero evita: la generación de élites privilegiadas, desarrolla mayores oportunidades de manera democrática para todos y se logra institucionalizar las instancias del Estado.
P. ¿Eso es lo que usted explica a la población?
F.P.: Todos estos aspectos he salido a explicar a la población. En este referéndum no interesa tanto cómo ha sido la gestión de un gobierno, sino qué destino le estamos marcando a futuros gobierno. Incluso ni el MAS ni Evo parecen darse cuenta de ello. Ellos solo piensan en su repostulación. Incluso así abriendo la Constitución el 2019 y no ganara Evo, corremos el riesgo que una gestión más perversa que esta pueda quedarse 15 años más. Ese es el tema.
P. ¿Cómo ve el bajo perfil de Doria Medina, Tuto Quiroga y Costas en la campaña por el No?
F.P.: Desde mi punto de vista, es preferible que ellos ni siquiera aparezcan. En vez de ayudar, perjudican. Precisamente la presencia de estos opositores, como vienen de una derecha tradicional, a Evo le funciona bien en su posición tan habitual de polarizar la campaña electoral, con acusaciones e incluso insultos.
P. Pero esos partidos tienen estructura y organización para hacer mejor una campaña
F.P.: Pero eso es lo más interesante. Se ha desatado una espontánea movilización de la población. Además hay que diferenciar: una cosa es el referéndum, donde la movilización ciudadana juega su protagonismo, donde los líderes quedan en segundo plano. En ese escenario el No no tiene necesidad de tener liderazgos. En cambio para las elecciones de 2019, recién habrá la necesidad de tener nuevos liderazgos, obviamente, los actuales serán sepultados.
P. ¿Usted asegura que el No va a ganar el 21?
F.P.: Para eso hay que ver las encuestas. En el análisis de tendencias se viene registrando, lo que en sociología denominamos la 'regularidad constante', en el que las diferentes empresas han reflejado con un Sí arriba en noviembre y un No por debajo. Pero a lo largo de todo este tiempo, hubo al menos tres estudios de encuestas, con diferentes variables, donde el No ha crecido hasta un 44%, pero con un 'no sabe y no responde' del 15%. Normalmente esas personas tienden al No. Frente a ello el Sí, cuyo actor principal es el MAS, tiene menores posibilidades de sostenerse por ser susceptible de cometer más errores en campaña estos días. En cambio en el otro frente, la manifestación es diversa, la posibilidad de cometer errores es mínima o nula. En ese contexto el No se ubicará por encima del 50% y el Sí llegará a solo 40%.
P. ¿A que se podrá atribuir si el MAS y Evo son derrotados el 21?
F.P.: La cúspide de Evo, como yo dije en 2014, había llegado a su punto alto el 12 de octubre en las elecciones generales. Luego se han registrado sucesivas caídas, primero en las elecciones subnacionales, luego en el Referéndum Autonómico de cinco departamentos el 20 de septiembre 2015. Esa tendencia no ha cambiado.
P. ¿Hay una frustración social?
F.P.: Claro que sí. Han pasado diez años de aquella guerra del agua, del gas, cuya esperanza de la población hoy se encuentra frustrada y además no quiere que Evo siga en el poder. A ello se suma una nueva generación de votantes que no ha vivido la guerra del gas que hoy quiere un nuevo líder. También, a todo ello, Evo se ha anclado en el 2006, con discursos repetitivos, hasta ridículos, sumada además su actitud autoritaria. Y por último, en tres años ha dado una lección a los neoliberales de cómo ser corrupto.
'La debilidad del MAS no es atribuible a la oposición sino a sus contradicciones internas. La actitud abusiva, prepotente de Evo lo debilita. Ante ello, la población se dio cuenta y no quiere a Evo en el poder'.
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